miércoles, 21 de abril de 2010

La importancia de un Congreso Abierto



El Congreso de los Diputados es uno de los organismos donde se deciden las normas que regulan la vida de todos nosotros. En él, trescientas cincuenta personas tienen la tarea de representar a más de cuarenta y cinco millones de ciudadanos españoles; pero ¿qué es lo que hacen exáctamente los diputados? ¿están haciendo bien su trabajo? ¿estamos debidamente informados de lo que sucede en el Congreso?

Antes de la llegada de Internet, para resolver cualquiera de esas dudas era necesario acudir a los medios de comunicación tradicionales: prensa, televisión, radio, etc. El problema de los medios tradicionales es que suelen cobijarse bajo la sombra de uno u otro partido político. Podemos hacer la prueba: dime un periódico y te diré a qué políticos le rasca la espalda, y a cuales le tira de las orejas. No nos queda más remedio que admitir la triste realidad, y ésta no es otra que la absoluta falta de objetividad del periodismo nacional.

Por suerte, la red de redes nos ha traído una pluralidad informativa con la que en el pasado sólo se podía soñar, y que nos permite acudir a las fuentes mismas para informarnos. El problema, en este caso, es que la fuente de información -el Estado- no es tan prolífica como nos gustaría. En realidad, la única fuente de información oficial del Estado español es el BOE, una publicación soporífera para cualquiera no versado en el abigarrado lenguaje jurídico y gubernamental. Vamos, que hace falta tener estómago para tragárselo, además, si buscas algo específico lo tienes bastante crudo, vas a tener que bucear entre enormes cantidades de incomprensible información que no te interesa para averiguar lo que quieres saber.

Volviendo al Congreso, es cierto que tienen una web oficial donde se publican las iniciativas, proyectos de ley, etc. que se van tramitando, incluyen un poquito de información y ¡adivina! un enlace al BOE. Nada más. ¿Qué puede hacer un ciudadano medio ante ésto? Tiene pocas alternativas: armarse de valor y leer el denso Boletín u olvidarse del asunto. Porque la información no sólo tiene que ser pública, también tiene que ser accesible e inteligible para el común de los mortales.

¿Cómo me gustaría que fuese la web del Congreso? Es una pregunta sencilla: debería de ofrecer la mayor cantidad de información posible en la mayor cantidad de formatos posibles. Permitir búsquedas complejas, criterios de ordenación en los resultados, herramientas de sindicación, descripciones cortas de las iniciativas, y un largo etcétera. Es decir, ofrecer al ciudadano una información que pueda manejar y comprender. Y aún pediría algo más: permitir la participación de los ciudadanos mediante comentarios, encuestas y otros mecanismos ya comunes en Internet pero que por desgracia aún no han llegado a nuestras instituciones gubernamentales.

Por estos motivos elegí empezar el proyecto del Congreso Abierto. Es todavía un boceto, una estructura con la que empezar a trabajar, todavía carece de utilidad pero es posible que con tiempo y trabajo pueda alcanzar su objetivo: conseguir que las personas se interesen en la política.

1 comentario:

  1. Tienes razon hace falta una herramienta mas efectiva para comprender que sucede en el Congreso, sencilla y a la vez eficaz.

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