jueves, 15 de octubre de 2009

El poder oculto

Existe en la masa social una fuerza oculta. No tiene nada de esotérica, es más bien una fuerza humana latente, adormecida. Este poder tiene la capacidad de cambiar completamente la situación actual de irracionalidad absoluta que rige la vida pública.

En las últimas elecciones generales del 2008, el porcentaje de abstención ascendió al 24,68% que sumándolo a los votos nulos y en blanco es un total de 8.807.881 personas en edad de votar, más de una cuarta parte de la población adulta. En las elecciones autonómicas las cifras fueron todavía peores, alcanzando el 36,22% en 2007.

Trato de meterme en la piel de toda esa gente, intento comprender qué es lo que tienen en la cabeza. La mayoría de ellos posiblemente no estén interesados en política, es decir, son estúpidos o irresponsables, o ambas cosas; la vida pública está íntimamente relacionada con la vida privada, la condiciona completamente para bien o para mal, e ignorarla no es en absoluto egoísta, ya que el egoísmo vela por el beneficio propio, pero la indiferencia política sólo beneficia a los demás, nunca a uno mismo.

No se trata de un problema puntual. Ese sentimiento tan extendido de irresponsabilidad es una grave deficiencia humana, y es la causa última de las desgracias sociales y desaguisados políticos que asolan el país y el mundo. Es una postura muy cómoda dejar que los demás tomen las decisiones y luego culparles de sus fracasos; nada más sencillo que no hacer nada y criticar a los que gobiernan, a los bancos, a los empresarios y a los sindicatos mientras nos desentendemos totalmente de lo que ocurre. En el fondo se han ganado el derecho a jodernos, si total nosotros no hacemos nada por evitarlo ellos no van a ser tan altruistas como para tenernos en cuenta.

También imagino que habrá gente con sentimientos parecidos a los míos. Personas que no les convence ninguna de las opciones existentes en política, incluso personas que no les convence el propio sistema porque está anticuado, obsoleto. Gente que le gustaría comprometerse socialmente y hacer algo para mejorar la situación, pero creen que están solos y no pueden hacer nada. No pueden estar más equivocados.

Desde luego, estoy seguro de que no son conscientes de que podrían convertirse en la tercera fuerza política del país, si quisieran. Vivíamos aislados unos de otros, pero las conexiones entre personas se están multiplicando en los últimos años de tal modo que nuestra capacidad de asociación y organización está creciendo exponencialmente; sin duda internet será la herramienta que cambiará el mundo en los próximos años, si finalmente salimos de la apatía política que gobierna nuestros días tal vez podremos ponernos de acuerdo para salir del pozo de mierda en el que nos hemos metido.

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