martes, 23 de junio de 2009

La solución a la censura en Internet

Internet ha sido hasta ahora, al menos en la mayor parte del mundo, una herramienta de comunicación ideal, casi utópica: neutralidad, descentralización, pluralidad... es curioso que una tecnología desarrollada con fines militares sea ahora un instrumento de la más absoluta libertad de expresión y asociación, mucho más allá de lo que se pensó cuando se establecieron estos derechos fundamentales, cuando el ámbito de nuestra vida social y política estaba limitado por las barreras del mundo físico.

El poder establecido se ha dado cuenta demasiado tarde de las consecuencias que va a tener esta tecnología en las sociedades venideras. El sistema social actual está fundamentado en la alienación de la población, la manipulación de la opinión pública mediante los medios de comunicación de masas. Sobre el papel somos libres e iguales, pero en la práctica estamos demasiado ocupados en nuestras pequeñas vidas como para exigir al sistema que cumpla con su función, que no es otra que servir a la voluntad colectiva.

Todo esto ha sido posible mientras los medios de comunicación han sido pocos y exclusivos, además de unidireccionales; la prensa, la radio, la televisión, son focos de información fácilmente manipulables, debido a su carácter corporativo y jerarquizado. La red de redes, en cambio, es como una hidra de un millón de cabezas: hay que ir acallando las voces descontentas una a una, y es una tarea imposible.

Estas son las causas que han motivado la censura en internet: el control y la manipulación, no para nuestro beneficio, sino para el suyo propio. Esta censura es técnicamente posible actualmente; debido a la propia naturaleza abierta de la red, la información viaja a través de ella sin ningún tipo de seguridad; cualquiera con acceso a un nodo puede monitorizar el tráfico que pasa por él y saber de dónde viene la información, a dónde va y qué contiene.

La forma más segura y radical de evitar ésto pasaría por convertir toda Internet en una red anónima. El tráfico de estas redes no puede ser leído con facilidad (viaja encriptado) ni tampoco es posible saber de dónde viene y a dónde va la información. Desconozco totalmente los costes de esta idea, pero si se llevara a cabo esta transfomación, la censura y el control serían imposibles; los estados censores no podrían espiar a sus ciudadanos, su única opción sería desconectarse totalmente de la red, algo que por suerte es impensable hoy en día.

2 comentarios:

  1. en realidad, el origen de internet no tuvo fines exclusivamente militares. El fin exclusivamente militar es un mito, emocionante, pero mito:

    en microsiervos salió un artículo hace poco

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  2. Pues es algo repetido hasta la saciedad, Ender, incluso en los libros de texto de informática. Gracias por el apunte.

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