jueves, 17 de diciembre de 2009

Boicot a la industria del entretenimiento

Ya pasaron unas semanas desde se armó todo el lío del manifiesto, y aparte de hacer mucho ruido y acaparar un tanto la atención de los medios, los resultados no han sido los que se esperaban: la infame disposición final del Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible continúa en su sitio, y aunque le queda mucho recorrido para convertirse en ley y empecemos a ver el cierre de webs, o al menos su migración a servidores extranjeros, aún estamos como al principio, cuando se hicieron públicas las intenciones del gobierno.

¿Qué les importa el ruido que hagamos? Al fin y al cabo, tienen la sartén por el mango, al menos hasta las próximas elecciones. Ha quedado comprobado que nuestra opinión tiene menos peso que la de la industria del entretenimiento, instigadora de este intento de vulneración de nuestros derechos fundamentales. Sabiendo esto, tal vez sea una buena idea presionar a la industria para tratar de convencerla de que está luchando contra las personas que les dan de comer, y la única forma de presionar a la industria es hacerlo donde más les duele: en el bolsillo.

Por este motivo propongo, desde mi humilde blog, un boikot a la industria del entretenimiento, siguiendo estos sencillos pasos:
  • No comprar ningún producto distribuido físicamente a precios abusivos. ¿Por qué pagar más por un soporte físico cuando los costes de distribución digitales tienen costes ínfimos que pueden y deben trasladarse al cliente final?
  • Utilizar servicios digitales a la hora de consumir productos de entretenimiento, como por ejemplo Spotify, para demostrar a la industria que apoyamos las propuestas interesantes.
  • Si no hay distribución digital y barata de cierto artículo cultural, descargarlo de las redes de pares, ayudando en todo lo posible a la difusión digital del artículo. Recuerda, compartir no es delito, aunque lo repitan mil veces.
  • Comprar productos distribuidos físicamente sólo cuando tengan un importante valor añadido: diseño, calidad de formato, extras y buen precio son unas cuantas posibilidades. La distribución física sólo tiene sentido cuando es capaz de aportar algo más que la distribución digital.
  • Difundir y promover esta idea para que pueda tener una repercusión real, si somos suficientes podemos conseguir que se den cuenta de que no pueden luchar contra sus propios clientes.
  • No comprar ningún producto que tenga sistemas de protección DRM, un sistema que ha demostrado ser obsoleto y contraproducente.
Esta lista está abierta a modificaciones y ampliaciones. ¿Tenéis alguna propuesta que pueda hacer más efectivo el boikot a la industria del entretenimiento?

Nota final: Esta no es la primera propuesta de este tipo, pero creo que sí es la primera en plantearlo de forma general, no con el objetivo de perjudicar a la SGAE y a sus asociados, sino con el fin de fomentar la distribuición digital y el tan mentado cambio en el modelo de negocio de la industria del entretenimiento.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Voto obligatorio

Aquí en España el sufragio se considera un derecho. Tenemos derecho a participar en la vida pública de nuestro país una vez cada par de años, momento en el que se nos consulta sobre quién nos cae más o menos simpático de entre unos cuantos privilegiados.

En otros países las cosas funcionan de un modo ligeramente distinto. En Australia, Bélgica o Luxemburgo votar no es un derecho, sino una obligación. No se les pregunta su opinión a los ciudadanos, sino que se les exige esa opinión, ya que como cuidadanos que disfrutan de las ventajas de un Estado que les proporciona -con mayor o menor acierto- protección y derechos es su deber implicarse activamente en las pocas decisiones políticas que recaen en sus manos.

La principal consecuencia del voto obligatorio es el lógico aumento de la participación. En España tenemos índices de abstinencia que están entre una cuarta y una tercera parte de la población en edad de votar. Toda esta gente que por pereza o desinterés no participan del mínimo resquicio de poder que la democracia representativa les otorga, tendría que tomar una decisión si se vieran obligados a votar, elegir un partido u otro y aumentar el grado de correspondencia entre la realidad política y la realidad social de nuestro país, esferas de realidad que por desgracia parecen pertenecer a distintos universos.

El principal argumento en contra de esta práctica es la pérdida de calidad del voto. Los votantes que ejercen su derecho lo hacen en libertad y eligen más sabiamente que aquellos coaccionados por el estado, que no harán otra cosa que "ensuciar" los resultados.

Seamos sinceros. La calidad del voto en España es muy, muy baja; tan baja como el nivel educativo de la sociedad española y su grado de concienciación respecto a la vida pública. El único fin interesante del voto obligatorio sería que aumentara el nivel de implicación de los ciudadanos en la política; cuantas más personas tomen consciencia de que los asuntos públicos condicionan completamente su propia vida e ignorarlos sólo sirve para que otros se aprovechen, cuanta más gente se de cuenta de que ha perdido las riendas de su propia vida porque su país corre descontrolado hacia el abismo por culpa de la ineptitud y la indiferencia; cuanta más gente lo vea claro, más posibilidades tendremos de tomar las riendas y empezar a hacer bien las cosas.

Nos guste o no, tenemos el gobierno que nos merecemos. Por acción o por omisión, somos responsables.

Fuente: ACE

viernes, 4 de diciembre de 2009

Declaración de Independencia del Ciberespacio

Es lógico, el manifiesto en defensa de los derechos fundamentales de internet, creado y publicado como respuesta a una propuesta del gobierno español de coartar la libertad de expresión en internet, no es el primero. En 1996 un estadounidense llamado John Perry Barlow, cabreado con una nueva ley de telecomunicaciones que se aprobaba en su país, escribió este manifiesto. Es un canto a la libertad de un hombre que supo ver a través de la neblina del tiempo y atisbar un futuro mejor. Su lectura es una completa delicia, pero sólo los párrafos marcados en negrita ya valen su peso en oro. Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como he disfrutado yo.

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DEL CIBERESPACIO

Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos.

No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquélla con la que la libertad siempre habla. Declaro el espacio social global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que estáis buscando imponernos. No tenéis ningún derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos para hacernos cumplir vuestra ley que debamos temer verdaderamente.

Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los que son gobernados. No habéis pedido ni recibido el nuestro. No os hemos invitado. No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El Ciberespacio no se halla dentro de vuestras fronteras. No penséis que podéis construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No podéis. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.

No os habéis unido a nuestra gran conversación colectiva, ni creasteis la riqueza de nuestros mercados. No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, o los códigos no escritos que ya proporcionan a nuestra sociedad más orden que el que podría obtenerse por cualquiera de vuestras imposiciones.

Proclamáis que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolvereremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.

El Ciberespacio está formado por transacciones, relaciones, y pensamiento en sí mismo, que se extiende como una quieta ola en la telaraña de nuestras comunicaciones. Nuestro mundo está a la vez en todas partes y en ninguna parte, pero no está donde viven los cuerpos.

Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento.

Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el conformismo.

Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a nosotros. Se basan en la materia. Aquí no hay materia.

Nuestras identidades no tienen cuerpo, así que, a diferencia de vosotros, no podemos obtener orden por coacción física. Creemos que nuestra autoridad emanará de la moral, de un progresista interés propio, y del bien común. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada. Esperamos poder construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no podemos aceptar las soluciones que estáis tratando de imponer.

En Estados Unidos hoy habéis creado una ley, el Acta de Reforma de las Telecomunicaciones, que repudia vuestra propia Constitución e insulta los sueños de Jefferson, Washington, Mill, Madison, DeToqueville y Brandeis. Estos sueños deben renacer ahora en nosotros.

Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, de las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que asfixia de aquél sobre el que las alas baten.

En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos estáis intentando rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del Ciberespacio. Puede que impidan el contagio durante un pequeño tiempo, pero no funcionarán en un mundo que pronto será cubierto por los medios que transmiten bits.

Vuestras cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a sí mismas proponiendo leyes, en América y en cualquier parte, que reclamen su posesión de la palabra por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto industrial, menos noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, sea lo que sea lo que la mente humana pueda crear puede ser reproducido y distribuido infinitamente sin ningún coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita ser realizado por vuestras fábricas.

Estas medidas cada vez más hostiles y colonialistas nos colocan en la misma situación en la que estuvieron aquellos amantes de la libertad y la autodeterminación que tuvieron que luchar contra la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros "yos" virtuales inmunes a vuestra soberanía, aunque continuemos consintiendo vuestro poder sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda encarcelar nuestros pensamientos.

Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.

Davos, Suiza. 8 de febrero de 1996

Vía | versvs

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Manifiesto “En defensa de los derechos fundamentales en internet”


Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:
  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.
Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.

martes, 1 de diciembre de 2009

Internet, estado policial

Leo con estupor la noticia de que el gobierno ha creado una comisión con el poder de cerrar webs sin la intervención de un juez. Esta policía cultural, respaldada por la muy querida ministra de cultura González-Sinde, según dicen en el País, tendrá la potestad de bloquear las páginas web que alojen o faciliten sin permiso enlaces de archivos sujetos a derechos como películas, canciones y videojuegos.

La Comisión de Propiedad Intelectual es el nombre del nuevo enjendro legal. Su función es protejer a la industria de la música, el cine y los videojuegos, en prejuicio de las libertades individuales y también de los creadores, ya que gracias a Internet pueden darse a conocer y aumentar sus ingresos.

No hace falta que diga que es un proyecto condenado al fracaso. Si se persiguen las webs de descarga, se buscará una tecnología que permita sortear el escollo. Los usuarios acabarán encontrando lo que buscan, y descargarán contenidos de forma gratuita, hasta que la industria espabile y presente una alternativa real.

Lo siento por las distribuidoras, de verdad. Siento mucho que se hayan convertido en una industria obsoleta, en parte por las nuevas tecnologías, pero también por su incapacidad de adaptarse al nuevo medio, al querer aferrarse a un pasado de astronómicos beneficios que ya nunca volverá.

Son como los vendedores de hielo en un mundo lleno de neveras.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Colaboración ciudadana en los organos de gobierno


Es un placer indescriptible leer, en uno de los blogs sobre política que sigo habitualmente, que la Oficina de Ciencia y Tecnología del gobierno norteamericano utiliza un sistema de escritura colaborativa para permitir la intervención directa de los ciudadanos en la elaboración de leyes.

Curiosamente, la iniciativa ha sido todo un éxito de participación, lo que demuestra que aún quedan personas interesadas en ofrecer su opinión política, deseosas de participar en lo que se ha bautizado como open government, un concepto extremadamente interesante, tal vez menos ambicioso pero sin duda estrechamente ligado a la idea del gobierno directo.

Estamos en los albores de la era digital, la edad de la comunicación total. En la breve historia de internet hemos sido testigos de profundos cambios en la forma de entender la realidad y las relaciones entre las personas. Ya empiezan a notarse profundas consecuencias en varios sectores empresariales, los cuales necesitan adaptarse para sobrevivir en este nuevo sistema social que emerge gracias a la interconexión global de las voluntades. La naturaleza de las empresas es mucho más dinámica que las rígidas instituciones políticas, por este motivo han sido los primeros en explotar las infintas posibilidades que ofrece el nuevo mundo que se avecina. También la política, aunque a pasos mucho más lentos, se encamina en la misma dirección de transparencia y colaboración que marcará las relaciones humanas en los tiempos venideros.

Si tenemos suerte, claro.

Fuente: Digitágora

martes, 17 de noviembre de 2009

Las ventajas de la élite política



Además del encanto propio que tiene el poder, la clase política de nuestro país -y seguramente en otros países democráticos no sea muy distinto- disfruta de importantes ventajas fiscales, ya que perciben buena parte de su sueldo en dietas libres de impuestos.

Lo acabo de leer en esta noticia, y aunque no suelo comentar la actualidad, no creo que esta situación vaya a cambiar, ni a corto ni a largo plazo, a menos que nos plantemos y les bajemos el sueldo nosotros mismos, ya que no son tan estúpidos como para bajárselo ellos mismos. Como clase privilegiada tienen la sartén cogida por el mango, e independientemente de su ideología todos practican el sano egoísmo que les permite, por ejemplo, no tributar a Hacienda entre el 21 y el 36% de su salario, en el caso de senadores y diputados. Evidentemente no es necesario que justifiquen este porcentaje de su sueldo destinado supuestamente a gastos de viaje, alojamiento y manutención, ya que se presupone en ellos innata bondad y buena fe.

De todos modos, donde mejor quedan patentes las ventajas de pertenecer a esta élite formada por 4.381 altos cargos en toda nuestra geografía, es el reglamento que ellos mismos aprobaron y que les garantiza la pensión máxima después de 7 años de cotización, cuando el resto de los mortales tenemos que trabajar 35 años para alcanzar el mismo privilegio.

El coste total de mantener a toda esta élite gobernante asciende -según dice la noticia antes mencionada- a 181 millones de euros sólo en sus sueldos ordinarios, y eso sin incluir las fantásticas dietas libres de impuestos. Este ese el enorme lastre que tenemos que arrastrar todas las personas trabajadoras y productivas, a miles de parásitos que trabajan poco, viven como príncipes y además están extentos de cualquier responsabilidad real, tal y cómo se ha demostrado ya varias veces en la breve historia de nuestra democracia.